Patricia
June 13, 2025

La identidad de marca como motor de crecimiento

La identidad de marca no es solo estética, es estrategia. Esta entrada revela cómo una identidad sólida puede atraer, retener y fidelizar desde la coherencia.

Una marca no se construye desde lo visual, sino desde lo que representa. En esta bitácora, profundizo en cómo una identidad de marca sólida, coherente y emocionalmente conectada puede ser el diferencial más estratégico en la atracción, retención y fidelización de clientes. A través de datos, psicología del consumidor y casos reales, exploramos por qué una identidad no solo debe verse bien, sino sentirse auténtica y vivirse en cada punto de contacto.

Antes de que un cliente compre, confíe o recomiende, necesita reconocerte.Y ese reconocimiento no viene del precio, sino de la identidad. Y en ese sentido, la identidad de marca ya no es un lujo estético ni un ejercicio superficial: es una estrategia de negocio. Hoy, las marcas que logran atraer, retener y fidelizar clientes de forma sostenida son aquellas que tienen una identidad clara, coherente y emocionalmente relevante.

Según un estudio de Lucidpress, las marcas que mantienen una presentación coherente en todos sus canales pueden aumentar sus ingresos en un 33%. Además, el informe "Meaningful Brands" de Havas reveló que el 75% de las marcas podrían desaparecer y a la mayoría de las personas no les importaría, lo que evidencia la urgencia de construir identidades que trasciendan lo funcional y se conecten emocionalmente.

La identidad de marca es mucho más que un logo

La identidad de marca es el sistema que define cómo una marca se ve, se siente, se comporta y se expresa. Incluye la voz, el tono, la narrativa, los valores, el propósito, las imágenes y hasta la experiencia en cada punto de contacto. Es el conjunto de señales que permite al cliente reconocer, interpretar y conectar con la marca.

Una identidad bien construida responde a preguntas profundas: ¿Qué representa esta marca? ¿Por qué existe más allá de vender? ¿Cómo se diferencia sin dejar de ser auténtica?

Desde la psicología del consumidor, esta construcción simbólica cumple una función clave: reducir la carga cognitiva en la toma de decisiones. Las personas prefieren marcas que sienten familiares, coherentes y predecibles, porque eso les transmite seguridad y pertenencia.

Captar desde la claridad

Una marca con una identidad definida no solo comunica, proyecta dirección. Y en ese acto de claridad, el consumidor encuentra afinidad. La identidad coherente filtra: atrae a quienes resuenan con ella y descarta a quienes no. Esa es, precisamente, su fuerza.

Glossier: crear comunidad desde la piel real

Glossier nació del blog de belleza Into The Gloss, pero fue su identidad —minimalista, honesta, centrada en la comunidad— lo que la catapultó. Su tono de voz cercano, el diseño de producto sin promesas milagrosas y su apuesta por mostrar pieles reales conectaron con una audiencia cansada del ideal inalcanzable. En menos de cinco años, pasó de ser una marca DTC a convertirse en una marca aspiracional con crecimiento orgánico impulsado por su comunidad.

Figma: claridad visual, claridad de propósito

Figma, la herramienta de diseño colaborativo, logró atraer una base sólida de usuarios creativos sin campañas invasivas. ¿Su secreto? Una identidad nítida centrada en la accesibilidad, la colaboración y la simplicidad. Su interfaz, su comunicación de producto y hasta su cultura interna están alineadas. En 2022, Adobe la adquirió por más de $20 mil millones, una señal del valor de una identidad clara en un producto coherente con su propósito.

Retener desde la coherencia

La experiencia de marca es acumulativa. Un cliente que hoy confía en ti puede alejarse mañana si nota una disonancia entre lo que dices y lo que haces. La identidad de marca, cuando se sostiene con coherencia, actúa como un hilo conductor que alinea diseño, producto, servicio, canales y cultura interna.

"Una marca no es lo que tú dices que es, es lo que ellos dicen que es." — Marty Neumeier

Casos de incoherencia: cuando el relato se cae

🥤 Caso: Pepsi & Kendall Jenner (2017)

Pepsi lanzó un anuncio protagonizado por Kendall Jenner, en el que se mostraba a la modelo abandonando una sesión de fotos para unirse a una protesta genérica y entregar una lata de Pepsi a un oficial de policía. El comercial intentaba aludir al activismo social y transmitir un mensaje de unidad.

El problema:
El mensaje fue ampliamente criticado por trivializar movimientos sociales serios, especialmente Black Lives Matter, y por sugerir que un refresco podía resolver tensiones sociales y raciales. El tono fue visto como insensible y superficial, especialmente al contar con una figura privilegiada como Jenner como símbolo de protesta.

Impacto:

  • Pepsi retiró el anuncio a las 24 horas y emitió una disculpa pública.
  • Kendall Jenner también expresó su arrepentimiento en una entrevista emocional.
  • El comercial fue utilizado como ejemplo de falta de coherencia entre mensaje, contexto social y valores de marca.
  • Aunque Pepsi no sufrió una caída financiera significativa a corto plazo, sí dañó su percepción pública, especialmente entre las audiencias más jóvenes y socialmente activas.
🚘 Caso: Uber (2017)

Uber enfrentó una serie de escándalos relacionados con su cultura interna: denuncias de acoso sexual, malas condiciones laborales, prácticas poco éticas (como el software “Greyball” para evitar controles de autoridades) y una actitud agresiva del entonces CEO Travis Kalanick.

El problema:
La imagen pública de Uber como una empresa innovadora y disruptiva chocaba con lo que los reportes internos revelaban: una cultura tóxica, falta de equidad y liderazgo cuestionable. Esa disonancia entre el relato y la realidad dañó su reputación seriamente.

Impacto:

  • Salida forzada de Travis Kalanick como CEO.
  • Pérdida de confianza de usuarios y reguladores.
  • Disminución de la fidelidad en mercados clave.
  • Reestructuración cultural y de liderazgo con Dara Khosrowshahi, quien inició una nueva narrativa centrada en “hacer lo correcto” (Do the right thing).

Ambos casos demuestran lo mismo: la incoherencia entre lo que una marca dice ser y lo que realmente es puede romper la conexión emocional con sus audiencias y erosionar años de construcción de marca.

Fidelizar desde el significado

En la fidelización no basta con estar presente. Hay que tener un lugar en la vida del cliente. Y eso se logra cuando la marca representa algo más profundo que el producto o el servicio que ofrece.

🧭 Patagonia: activismo como identidad
Patagonia, mujer y hombre hablando en el bosque
Imagen generada con ImageFX (Google DeepMind)

Fundada en 1973 por el escalador Yvon Chouinard, Patagonia ha cultivado una identidad basada en la defensa activa del medio ambiente. Pero su activismo no es decorativo: está arraigado en cada aspecto del negocio. Algunos hitos que demuestran su coherencia:

  • “Don’t Buy This Jacket” (2011), una campaña que invitaba a los consumidores a no comprar innecesariamente. Contradictoria en apariencia, pero coherente con su identidad de consumo consciente.
  • 1% for the Planet: Patagonia dona el 1% de sus ventas a causas ambientales desde 1985.
  • Acción radical: En 2022, Chouinard transfirió la propiedad de la empresa a un fideicomiso ambiental, declarando que “la Tierra es ahora nuestro único accionista”.
  • Impacto en fidelización: Según Harvard Business Review, Patagonia tiene una tasa de retención de clientes superior al 70%, significativamente mayor al promedio del retail (que ronda el 30–40%).

Esta consistencia ha convertido a sus clientes en activistas y defensores de marca, generando una lealtad emocional difícil de replicar.

🧱 LEGO: creatividad que se hereda
Padre, madre e hijo armando un set de lego
Imagen generada con ImageFX (Google DeepMind)

Desde su creación en 1932, LEGO ha cultivado una identidad que gira en torno a la imaginación, el juego constructivo y la conexión familiar. Algunos aspectos clave de su coherencia:

  • “Only the best is good enough” es el lema central de la marca desde sus inicios, y sigue guiando su desarrollo.
  • Diversificación con coherencia: ha expandido su universo con franquicias (como Star Wars o Harry Potter), videojuegos, parques temáticos (LEGOLAND) y la exitosa The LEGO Movie, sin perder el foco en la creatividad colaborativa.
  • LEGO Ideas: una plataforma donde los fans proponen nuevos sets que pueden llegar a producción, reforzando la co-creación.
  • Fidelización multigeneracional: más del 25% de sus compradores son adultos, y su comunidad AFOL (Adult Fans of LEGO) organiza eventos y lanza contenidos virales.
  • Reconocimiento global: En 2023, LEGO ocupó el primer lugar del índice Global RepTrak 100, como la marca con mejor reputación del mundo.

Esta continuidad intergeneracional es prueba de una identidad emocional que se transmite, no se impone.

Lo que no se cuida, se disuelve

La identidad de marca no se rompe de un día para otro: se desgasta en pequeñas incongruencias cotidianas. Y en un contexto donde el consumidor está más informado, exigente y emocionalmente consciente, esos desajustes se notan.

Hoy las marcas enfrentan retos cada vez más complejos:

  • La fragmentación de audiencias y la presión por “hablarle a todos” sin diluir el mensaje.
  • La necesidad de estar presentes en múltiples canales sin perder la coherencia entre formatos, equipos y territorios.
  • El ritmo acelerado de las tendencias, que empuja a muchas marcas a adoptar discursos o estéticas por moda y no por convicción.
  • La creciente expectativa de autenticidad, donde un error no solo se castiga, sino que se comparte, se viraliza y se convierte en narrativa.

En ese contexto, la identidad se erosiona cuando:

  • Se adapta el tono de voz a cada red social sin criterios unificados.
  • Se lanza un producto o se firma una colaboración que contradice los valores centrales de la marca.
  • Se cambia el logo sin revisar el propósito.
  • Se promete empatía en campaña, pero se ignora al cliente en servicio.
  • Se empuja contenido por volumen, sacrificando consistencia.

Estos errores no solo confunden. Rompen el contrato emocional que la marca ha construido con su audiencia.

Y es allí donde muchas marcas fallan: creen que la identidad se mantiene sola, cuando en realidad requiere intención, cuidado y liderazgo transversal. Protegerla implica formar a los equipos para actuar desde ella, documentar con claridad sus principios, y sobre todo, tener el coraje de decir “no” a lo que no encaja, aunque sea rentable o popular en el corto plazo.

Porque en un entorno donde la confianza es el diferencial más difícil de construir (y el más fácil de perder), la coherencia no es opcional: es supervivencia.

Una marca sin identidad clara puede captar, pero no retener. Puede gustar, pero no generar confianza. Puede ser recordada, pero no recomendada.

Desde la psicología del consumidor sabemos que las personas buscan marcas que refuercen su autoimagen, validen sus valores y les ofrezcan estabilidad emocional. Por eso, construir identidad no es solo diseño: es un acto de empatía y consistencia.

La identidad de marca no es solo un activo visual. Es una herramienta poderosa de diferenciación, conexión y crecimiento. En un mundo cada vez más ruidoso, las marcas que se conocen, se sostienen. Las que se sostienen, se eligen. Y las que se eligen con el corazón, perduran.